lunes, 3 de diciembre de 2007

Zwi Migdal


Avellaneda oculta una historia que no todos conocen: un cementerio exclusivo de criminales y prostitutas. Sobre la avenida Crisólogo Larralde al 4100 y al lado del Cementerio Israelita de Avellaneda se encuentra abandonado y semi saqueado el primer cementerio judío administrado por un grupo de rufianes de origen polaco. La organización fue conocida como Zwi Migdal, se dedicó durante casi cuarenta años a la trata de blancas y se ocultó bajo la apariencia de una sociedad de socorros mutuos.
En 1889 comenzaron a llegar al país miembros de la asociación que ya habían sido perseguidos y echados de distintos países europeos. El único impedimento que encontraron acá fue el desprecio y rechazo de la colectividad local: las entidades judías no querían ser vinculadas con el grupo de rufianes por lo que decidieron, a partir de 1900, marginar a quienes se dedicaran al negocio de la prostitución prohibiéndoles la entrada a los templos y cementerios. Lo peor que le podía pasar a un judío honrado y tradicionalista era terminar sepultado junto a un rufián.
Asi fue como a partir de 1906 la organización, que en ese momento se llamaba “Sociedad de Socorros Mutuos Varsovia” y que en 1929 por un escándalo diplomático tomó el nombre de Zwi Migdal en honor a dos de sus directivos, comenzó a comprar fracciones de tierra en la localidad de Avellaneda, dando origen al primer cementerio judío donde finalmente fueron enterradas más de dos mil personas.
En 1926 la sociedad tenía una ganancia anual de 94 millones de pesos, una sede en Av. Córdoba al 3280, controlaba más de dos mil prostíbulos con unas treinta mil mujeres a sus órdenes y después de muchas negociaciones contaba con un templo y un cementerio propio. Aunque era rechazada por la colectividad religiosa y acusada constantemente por la Asociación Judía de Protección de Jóvenes y Mujeres, todo marchaba bien. Pero en 1930 la suerte de la Migdal cambió: a pesar de los infinitos sobornos que pagaba a funcionarios y políticos, la sociedad no pudo evadir la denuncia de una madama que hasta hace un tiempo trabajaba para la organización: Raquel Liberman. Ella, al igual que cientos de mujeres, había sido traída al país con promesas de matrimonio y trabajo. Gracias a su declaración la justicia allanó la sede de la Zwi Migad y encontró un libro con el nombre de los miembros, lo que permitió realizar cientos de órdenes de captura.
Pese a todo, recién en 1952 la Municipaliad de Avellaneda dio fin al permiso que tenía la Zwi Migdal para establecer el cementerio y tomó posesión de las tierras. Los rufianes y las madamas siguieron siendo sepultadas allí hasta 1954.


*Por Deborah Maniowicz

jueves, 22 de noviembre de 2007

Zarpale la lata


Noche cerrada, terreno baldío, pantalones anchos y mucho aerosol. El corazón late en ritmo hip-hop y…¡CORTEN!. La escena cuadra perfecto en un videoclip modelo MTV sobre la vida real de un graffitero, pero a duras penas coincide con las tardes domingueras de Saavedra donde Franco Fasoli (más conocido como Jazz) se junta con sus amigos a llenar de arte los paredones de la Avenida Goyeneche, ex Donado.
“Arranqué hace ocho años bien a lo vándalo: una lata de pintura en la mano y a trepar rejas, a escribir mi nombre, a sentir la adrenalina del graffitero.- Cuenta Jazz, y se hace cargo de su raperito adolescente- Pero cuando ves lo que se puede lograr artísticamente con el graffiti empezás a laburar en serio. Ahora me gusta hacer un boceto, calcular más, y para eso tuvo que pasar un rato de puro bardo”.
Hace tiempo se aburrió del bombing, la técnica de estampar firmas a toda velocidad que se ve en los muros de Buenos Aires, con letras deformadas en estilo salvaje (wild style). Así se hacía en los orígenes de suburbio neoyorquino en los ´70 y los más puristas del ambiente lo mantienen a rajatabla. Jazz, en cambio, encaró un camino paralelo. Pasada la excitación de principiante se sumó a la célebre banda graffitera (crew, como las llaman en la jerga) DSR donde, dice, lo ayudaron a tranquilizarse.
Lejos de todo estereotipo, el chico de remera lisa y simplísimas bermudas es una máquina de derribar clichés. Cree que el mundo del hip hop se volvió muy frívolo y que el graffiti debería independizarse: “Sí seguís la biblia hiphoperil tenés que pintar, bailar, rapear y ser DJ. ¡No te queda tiempo para vivir! A mí lo que me apasiona es el dibujo, lo exclusivamente ilustrativo”.
De todas formas, admira la hermandad que existe en la Argentina entre los ases del aerosol: “Somos alrededor de cien, nos conocemos y tenemos una ciudad gigante para nosotros, que aprovechamos para el bien del graffiti”. La experiencia lo habilita para comparar el panorama local con el europeo, que conoció el año pasado cuando fue invitado a una convención en Francia. Cuenta que allá son moneda corriente la represión policial y la rivalidad entre crews. “En cambio acá tenemos la suerte de que a la gente le gusta lo que hacemos. ¡Cuando pintamos los vecinos se acercan a traernos algo de tomar!”, se ríe.
Los artistas callejeros forman una comunidad que no necesita aclarar sus códigos por escrito. Si bien la esencia efímera del graffiti abre el juego para que una obra cubra a otra, hay respeto por las más trabajadas, y Jazz admite que es muy difícil que lo tapen “de mala onda”. Está entre los mejores del país, pero asegura que en el ambiente no existe el estrellato y que le interesa promover el crecimiento de la movida a nivel nacional: “A veces llamo a chicos que recién empiezan para que vengan a mirar y sepan que uno no está arriba del graffiti como si fuera Britney Spears. Me interesa que esto se agrande”.
Con la intención de imprimirle un sello rioplatense al graffiti, Jazz se unió a un movimiento que le introduce el fileteado. “Está bueno que cada lugar tenga su estilo propio, y digamos que se puede hablar de una nueva onda graffiletera en el ambiente”, se entusiasma. Él mismo dejó de firmar las paredes con su apodo y adoptó un pirulo bien porteño como marca personal. No se encasilla, tiene la versatilidad de un artista y avanza sin apuro: piensa seguir pintando “hasta que los pulmones aguanten”.


*Por Shirly Said

jueves, 15 de noviembre de 2007

"Memoria de mis putas tristes", de García Márquez, censurado en Irán


Irán prohibió la reedición de la última novela del Premio Nobel colombiano Gabriel García Márquez, “Memoria de mis putas tristes”, y consideró un “error” su publicación inicial, que había sido autorizada hace tres semanas. Los iraníes ya no podrán adquirir el libro, que fue traducido al persa como “Memoria de mis tristes cariñitos” y se agotó tras su salida al mercado.Un responsable cultural que no se identificó aseguró a la agencia iraní Fars que “la persona que autorizó la publicación fue destituida”. También la editorial que difundió el libro tendrá que asumir responsabilidades.Para publicar cualquier libro en Irán se necesita el permiso del Ministerio de Cultura y de las más altas autoridades del país. En los últimos días, los medios conservadores locales acrecentaron sus críticas a la novela por “inmoral”. “Memoria de mis putas tristes” cuenta la historia de un periodista de 90 años que se enamora de una “adolescente virgen” de 14, y recuerda las relaciones que mantuvo durante su vida con prostitutas, o “bellezas”, según la traducción al persa.La censura sobre los libros aumentó desde la llegada al poder del presidente Mahmud Ahmadinejad, en 2005. García Márquez es uno de los autores extranjeros más leídos en Irán y no es la primera vez que una obra suya es censurada. "Cien años de soledad" estuvo prohibida oficialmente durante años. La última obra de Gabo, de 80 años, también generó polémica en su Colombia natal.

*Por Nira Dinerstein

Siempre se vuelve a los orígenes

En las últimas dos décadas la sofisticación de lo gastronómico llegó a niveles impensados. El buen comer se convirtió en un ritual para todos los sentidos donde la complejidad de los sabores, aromas y texturas, se mezclan con técnicas clave de cocción, la elección de la vajilla y la ambientación de los espacios.
Pero sería un error pensar que sólo en los platos extra elaborados está lo atractivo. Hoy más que nunca están en lo cierto los diseñadores de moda y las abuelas modernas cuando aseguran que “todo vuelve”. Y lo que resurge en este caso como la última tendencia gastronómica son, nada menos, que los hábitos más rudimentarios de la alimentación.
La comida cruda y con las manos se planta fuerte en el menú de los restó más vanguardistas del mundo sin resignar un gramo de glamour. Y aunque se trata de dos culturas muy distintas, la reminiscencia Picapiedras invita a las degustaciones más osadas.
Raw food es el nombre del estilo que corta por lo sano en medio de la alimentación apresurada de la gran ciudad. Lejos de toda excentricidad, la elección de verduras deshidratadas, brotes de cereal y semillas procesadas apunta a conservar las propiedades nutritivas y vitamínicas de los productos orgánicos en su punto óptimo. En lenguaje urbano: alimentos no carnívoros cultivados sin pesticidas ni químicos y calentados sólo hasta 37 grados centígrados.
En sus orígenes californianos de los años 60´, los hippies secaban las frutas y verduras al sol, pero eso suele complicarse en la era de la capa de ozono y el calentamiento global.
En las casas de raw food los cheff preparan vegetales y frutas secas en hornos deshidratadores especiales. Entre los platos más pedidos salen el taboule de quinoa, el gazpacho (sopa fría) de zapallo y los panqueques de lino y coco rallado. Para tomar, horchata (leche) de almendras y vinos orgánicos, y de postre pasteles con harina de algarroba que poco tienen para envidiar a los brownies más gourmet.
Como toda ocurrencia audaz, la raw food ya cosechó fieles seguidores entre los artistas. Demi Moore, Sting y hasta Maddonna se lanzaron a la difusión de esta forma de vida que ya probó efectividad en la mejora de estados de ánimo, problemas estomacales y jaquecas.
Sin duda más cerca de estrellas que de artistas, la finger food se instaló como una alternativa menos espiritual pero cien por ciento apetecible. El concepto se basa en platos y cazuelas como únicos elementos de vajilla: lo demás está en manos de los comensales.
Con un alto impacto en recepciones empresariales y festejos de bodas, las mini mozzarellas rebozadas, las croquetas de corvina sobre salsa de curry y los espárragos fritos son los componentes más populares de mesas coloridas y bandejas reambulantes a las que los invitados pueden recurrir en todo momento. Y aún sin fiestas a la vista, quienes quieran participar a sus dedos en la cena pueden hacerlo en restaurantes especializados.
Lo cierto es que semillas más, dedos menos, lo jugado se fusiona con lo sabroso en opciones para todas las costumbres y paladares. Y según el grado de disposición a cambiar la alimentación diaria, lo último en comidas ofrece platos para todos los gustos.

*Por Shirly Said

Feliz cumpleaños Daniel Barenboim

El músico argentino-israelí Daniel Barenboim festeja hoy sus 65 años con un concierto a beneficio en el auditorio de la Filarmónica de Berlín, bajo la dirección de su colega y amigo Zubin Mehta.
El director de la West-Eastern Divan orquesta, formada por árabes e israelíes, interpretará en el piano obras de Liszt, Brahms y Beethoven, junto a la orquesta de la Ópera Estatal Alemana Unter den Linden (Bajo los tilos), teatro del que es director musical.
Barenboim, que actualmente vive en Berlín, fue galardonado en octubre pasado con el Praemiun Imperiale, un prestigioso premio otorgado por la casa real de Japón a “artistas cuyo trabajo haya tenido un impacto internacional significativo”. En septiembre fue nombrado Mensajero de Paz por la Organización de Naciones Unidas.”La música nos enseña a dar lo mejor de nosotros y al mismo tiempo escuchar a los demás”, expresó en esa oportunidad, y se comprometió a difundir el mensaje.
El prestigioso músico y pianista fundó, en 1999, la famosa orquesta West-Eastern Divan, junto al escritor estadounidense de origen palestino Edward Said, fallecido en 2003. Allí tocan jóvenes israelíes, palestinos y de otros países árabes.
El pianista, tantas veces premiado por su compromiso con la paz y el diálogo entre culturas, desató la polémica en julio de 2001, cuando representó en Jerusalén la ópera “Tristán e Isolda”, del compositor alemán Richard Wagner, conocido por su antisemitismo. Paradójicamente, la música de Barenboim fue prohibida en esa ocasión.
Barenboim presentará el 29 de este mes su libro “La música despierta al tiempo”, en Italia. Se trata de una recopilación de ensayos, en los que se cuelan temas como su punto de vista respecto del conflicto de Medio Oriente, su proyecto de la West-Eastern Divan Orchestra.

*Por Nira Dinerstein

jueves, 8 de noviembre de 2007

Mundial de Improvisación

Para no perdérselo
Hoy comienza el 4º Festival Internacional de Improvisación Teatral, organizado por la Liga Profesional de Improvisación (LPI) argentina.
El encuentro tendrá lugar en 4 sedes de Buenos Aires: el Teatro El Nudo (Av. Corrientes 1551), el Auditorio Bauen (Av. Callao 360), Liberarte (Av. Corrientes 1555) y la sede de la Escuela Internacional de Improvisación (Sarmiento 1495). Y acá se puede consultar la programación.
En esta edición, competirán 5 equipos todos contra todos -Argentina, Colombia, Ecuador, España y Brasil-, y habrá también dos "invitados" -Chile y Uruguay- que participarán de un "amistoso", en palabras del capitán argentino y organizador del evento Ricardo Behrens.
Además, se presentarán espectáculos no competitivos de improvisación, a gusto y piaccere de cada compañía. Los equipos tendrán un espacio para mostrar sus propias visiones sobre la disciplina match.

*Por Nira Dinerstein

viernes, 2 de noviembre de 2007

“Hubiera sido montonera, para molestar a mi familia que es conservadora”



"¿Esto no es muy montonero no?" Con el pelo a medio teñir de un color negro intenso y las uñas de los pies en pleno tratamiento, Dolores Fonzi recibió a Veintitres para charlar sobre su particiáción como integrante de la contraofensiva montonera en el ciclo 9mm.
En noviembre de 1979 un grupo de militantes montoneros sorprendió con el atentado al empresario Francisco Soldati. En aquel entonces Dolores sólo tenía un año y medio y su familia no participaba en ningún movimiento político.
- Me identifico bastante con Lita, el personaje que interpreté, por el hecho de que vivo siguiendo una idea, creo en algo y lucho por eso, soy coherente. Después, dar la vida por una causa no se si lo haría, hoy al menos creo que no. Por ahí si hubiera nacido en el ´79 hubiera sido Lita.
¿Si?, ¿cree que hubiera sido montonera?
-Creo que sí, pero más que nada para romper las bolas. Toda mi familia es muy conservadora y creo que por eso yo hubiera hecho todo lo contrario.
¿Su familia nunca estuvo involucrada en el tema?
-No, eran ignorantes abusolutos. Yo varias veces les pregunté sobre que hacían y que textos leían en esa época, pero no, ellos no estaban involucrados.
¿Cómo se imagina viviendo en esa época, en plena dictadura?
-Súper involucrada. Supongo que para hablar debería haber estado en ese período, hablar siempre es más fácil. En diciembre de 2001 en Plaza de Mayo con la caída de Fernando De la Rúa viví lo que es estar metida en algo, acompañada por todo un pueblo. Es increible como te llena el alma estar en comunión con la gente. Ese momento de efusividad, hacer historia es increible. Si, en esos años hubiera estado re metida.
¿Cómo se relaciona con la política?, ¿tuvo algún tipo de participación?
No. No creo en la política, no me interesa y no tiene nada que ver conmigo. Tampoco creo en la religión. Me parece que todo eso es una pérdida de tiempo.
Dolores Fonzi empezó a trabajar como actriz a los XXX años. Recién en el 2006 y después de haber pasado por numerosas experiencias en el mundo de la actuación se animó a experimentar y trabajó como guionista y productora en el programa Soy tu fan, una comedia que cocechó buenas críticas pero que le costó a la actriz mucho agotamiento. Si bien los papeles que interpretó Dolores en cine y televisión fueron siempre de ficción tuvo dos experiencias que trataron temas de la historia argentina: Mujeres Asesinas en 2005 y Vidas Privadas en 2001.
- Para mi no hay una distinción en hacer "realidad" o "ficción", tiene que ver con si me gusta el director, la historia, los actores, el personaje. Cuando estoy actuando la montonera Lita no existe. Habrá existido y todo pero yo estoy haciendo un papel, todos estamos haciendo eso. Lo que cambia es que si interpreto un personaje que existe o existió intento meterme más, inspirarme en la época e investigar.
¿Había trabajado alguna vez con ese período?
Con Vidas Privadas, que cuenta como Cecilia Roth regresa a Buenos Aires tras su exilio en España. En realidad todo el cine argentino entra de algún modo en la época de la dictadura, pero así tan de frente siendo una montonera, un personaje que protagonisa una situación así no, nunca lo había hecho.
¿Para hacer de Lita consumió algún tipo de lectura sobre el tema?
Leí el libro Nunca más, pero en realidad ya lo había leido antes. Aunque me interesa bastante la historia argentina no había leido muchas cosas antes, soy bastante ignorante sobre el tema. Para hacer el personaje me preocupé por investigar todos los campos y todos los frentes, gente que participó de la revuelta y gente que se mantuvo al margen.
1979. La contraofensiva cuenta la historia de un pelotón de guerrilleros que llegó al país en forma clandestina para atentar contra funcionarios cercanos al gobierno. Estos militantes montoneros se encargan de conseguir las armas e idear el plan de lucha. La historia cambia de rumbo cuando en plena planificación uno de los miembros del grupo es secuestrado y desaparecido. En ese momento, Lita (Dolores Fonzi) pierde conexión con su jefe y deja el hotel donde se alojaba. Amalia (Valentina Bassi) y su jefe Fabián (Juan Minujín) abandonan el departamento que alquilaban. En ese momento una acción de Lita ayuda a realizar la operación armada pero a un costo muy alto.
¿Qué fue lo que le atrajo de participar en 9mm?
Por un lado me tentó trabajar con Ulises Rosell, Valentina Bassi y Juan Minujin, todos la tienen muy clara así que yo confié plenamente en ellos. Después, me centré sobre todo en el fanatismo, en sacrificar lo último que queda de uno en función a lo que piensa. En esa época todo era brutal y definitorio en muchos aspectos, eso es una obviendad, la lucha costaba en muchos casos la muerte. A mi me interesó sobre todo esa parte, gente que está convencida a un nivel religioso, una lucha hasta el fondo, de entregar todo en función de una idea.
¿Qué siente que le aporta 9mm a los televidentes?
Yo vi un par de capitulos y me encantaron. Este tipo de programas me gustan mucho. Se hacen tantas cosas con hechos reales que por qué no hacer un programa con los casos de ese momento. Lo mejor de 9mm es esa ambición de no ser ambicioso, esa no pretención de querer imponer una idea sino simplemente mostrar. Muestra pero no hace juicios de valor, uno desde afuera puede ver todo con frialdad. Además parece cine, es terrible, tiene mucho trabajo encima.
¿Dudó en aceptar el papel?
No, ya había trabajado con Ulises y me encanta como es él como director, la historia me parecía buenísima y tenía muchas ganas de meterme con ese período de la Argentina.
Por otro lado, me encanta el canal de la Ciudad. La gente que trabaja ahí, la forma de hacer y de realizar las cosas. Me encantó hacer el personaje. Igual fue muy corto, la grabación sólo duró una semana. Más allá del tema que me interesa mucho, siempre me va a gustar participar en donde haya una buena historia para contar.
¿Si pudiera elegir entre todos los personajes hubiera elegido el que hizo?
No, si sigue la serie voy a hacer otro capítulo que me encanta. No te puedo decir cual es...
¿Ya está confirmado?
No, pero me gustó el guión y si no tiran el canal abajo y sigue 9mm lo voy a hacer, tengo muchas ganas.

* Por Deborah Maniowicz

Te estamos buscando



Un discurso de Estela de Carlotto, fotos de hombres y mujeres desaparecidos y un mensaje muy claro: "Si tenés entre 25 y 30 años ellos pueden ser tus padres". El lunes 22 comenzó Televisión por la identidad, un ciclo de unitarios de ficción basados en hechos reales que cuenta la historia de tres chicos que sufrieron la dictadura militar desde ángulos distintos y que gracias a las Abuelas de Plaza de Mayo lograron recuperar su identidad. "El objetivo es crear conciencia. Todavía falta que aparezcan muchos nietos y el programa tiene que servir para que los jóvenes se animen a investigar", comenta orgullosa Carlotto, la impulsora del proyecto y presidenta de la asociación.
El ciclo guionado por Marcelo Camaño y dirigido por Miguel Colom, midió en su primera emisión 17,3 puntos de rating y es un valioso y emotivo testimonio de los años en los que la dictadura militar desvastó el país. Se propone mostrar tres historias totalmente diferentes: dos hermanas que son adoptadas legalmente y recuperan su identidad gracias a la ayuda de sus padres adoptivos; un chico que convivió 25 años con su apropiador, el mismo que torturó a sus padres; y una mujer que da a luz en cautiverio. La idea es mostrar a los protagonistas de esa historia en sus diferentes facetas y subrayar la consecuente pelea de los organismos de derechos humanos para revertir la política criminal de la dictadura.
"Durante el proceso en el que los chicos, que ahora son hombres y mujeres, recuperan su identidad atraviesan por varias sensaciones. Ellos fueron arrebatados de sus hogares, así que lo primero que les suele pasar es sentir bronca e impotencia, pero después el camino sigue: tienen que aceptar las situación, decidir si quieren o no quedarse con los padres adoptivos y ver si son capaces de perdonar. No es nada fácil", comenta Juan Palomino, el protagonista del capítulo que se emitirá el lunes 5 de noviembre. "Es increíble el poder que tiene la televisión cuando se propone hacer un trabajo en serio", señala el actor refiriéndose a la cantidad de llamados que recibió la asociación desde que se mostró la primer historia.
Carlotto comenta que por lo general los que llaman son jóvenes gobernados por un sentimiento raro, que se criaron con una vida social restringida y que obviamente nacieron entre el 76 y el 83.
Hace un año, cuando terminó Montecristo (también por Telefe), Claudio Villarruel se comprometió a luchar junto a Abuelas de Plaza de Mayo por la recuperación de los nietos. Así fue como hace unos meses el director de programación aceptó la idea de Estela de realizar Televisión por la identidad. "Gracias a las fotografías que se mostraron en Montecristo recuperamos dos nietos y desde que comenzamos con este ciclo ya llamaron cientos de jóvenes. La lucha de la televisión por mantener viva la memoria es indispensable, ya que es el medio al que más gente accede", concluye Estela.
Lo primero que hizo el equipo de producción fue entrevistar a los nietos Tatiana Sfiligoy (Ruarte Britos) y Juan Cabandié. Luego eligió a Soledad Villamil, Malena Solda, Micaela Brusco, Sofía Elliot, Gustavo Garzón y a Celeste Cid, entre otros, para que protagonizaran las distintas situaciones. Juan y Tatiana monitorearon los guiones, hicieron cambios y conversaron con los actores. Lo que se priorizó fue cuidar el producto, intentar modificar la menor cantidad de aspectos posibles y mantener intactos los recuerdos y sentimientos de los protagonistas. Los números del unitario demuestran que no sólo del baile del caño vive el hombre.
En teatro por la identidad....

* Por Deborah Maniowicz

Viaje al interior de Sunset, la disco donde los famosos se descontrolan


Existe un lugar en donde los famosos se convierten en fieras pecadoras y se atreven a todo con tal de ganar difusión y dinero. Es un sitio que arde de madrugada y que aturde de hits latinos, electrónica no tan buena y cumbia bolichera. Se llama Sunset, que significa puesta del sol, y lo del sol es un decir porque el sol no suele entrar allí. Pero sí las vedettes del momento, los efímeros Gran Hermano, futbolistas de toda categoría, ricos modelo ’90 y viejos medio decadentes que se resisten a tirar la toalla. Las madrugadas de Sunset, en una cortada de Olivos, a una cuadra de avenida Libertador, son el extremo de la exageración: entre ríos de Chandon, Wanda Nara es capaz de quitarse todo y destapar su humanidad para la tribuna masculina; Carlitos Nair y Robertino Tarantini corretean, copa en mano, modelos de segunda clase y no se van sin su presa; Diego Maradona presenta nuevas novias, se pelea con Paparazzis y se rompe la nariz en medio de altercados que nunca son claros; Nazarena Velez excita a todos, a hombres y mujeres por igual, y la agitación no se detiene. Sunset parece un circo romano y surrealista, un desfile de monos que no para, un cofre de sorpresas que noche tras noche dispara escándalos farándulescos clase B y alimenta a la prensa rosa con destellos poderosos de bizarrismo y locura.
Sunset es el escenario donde los mediáticos –quizás el mote resulte más adecuado que el de famosos- consiguen la prensa que no logran reunir por sus propios méritos. Hay cierto olor a fiesta menemista, a patético descontrol. Un experimentado relacionista público lo definió así: "Sunset es Nazarena y Champagne".
En el vip del boliche, Diego Maradona presentó a Verónica Ojeda, su actual pareja, cuando todavía nadie la conocía y cuando aún todos se preguntaban si se había separado definitivamente de Claudia Villafañe. Otra Maradona, Giannina, coqueteó con el futbolista Sergio Agüero y hubo arrumacos que podrían haber seguido en otro lado.
En Sunset, Pamela David conoció al basquetbolista Bruno Lavaque, con quién se casó y tuvo su primer hijo, un crío que germinó en la pista de baile, ya que la vedette recién dejó de concurrir a la disco diez días antes de dar a luz. Es interesante lo que ocurre: los famosos que frecuentan Sunset no brillan por su talento. Son, más bien, personajes en decadencia tratando de exprimir hasta la última gota de su minuto de gloria.
Tamara Paganini sirve como ejemplo. La ex Gran Hermano primera edición se permite dar clases de erotismo a Claudia Ciardone, otra rubia que pasó por la casa de Telefé –y de la casa parece ley, y hay contrato, los participantes saltan a Sunset. Las chicas se hacen mimos, se acarician y calientan a la platea. Después buscan la foto y todos contentos: se garantiza publicación.
"Al principio las chicas que iban a bailar eran terribles. Ahora, como saben que tengo novia, ya no se acercan tanto", opina Damián, rubio Gran Hermano, chocho con la fama y con Sunset. Está encantado de ir todas las noches.
Fernando Maldonado es relacionista público. Sabe de famosos tanto como Adrián Paenza de matemáticas. Si quisiera, si se animara a hablar, podría descubrir el velo que alienta el mito del boliche donde todo sucede, ese templo que parece ser la continuidad de Mau Mau, en los ’70, o del Open Plaza, en los tempranos ’90 (ver recuadro), pero quizás no tan glamoroso. Es una persona agradable y sencilla. Fue el hombre de prensa detrás de Rodrigo en el pico de popularidad del cuartetero en el año 2000 y es el anfitrión de Sunset. Las estrellas que pasan por la disco se rinden a sus pies. Y él pide champagne. Es el encargado de invitar personalmente a cada una de las personas que ingresan al sector vip: el ideólogo de la mayoría de los shows y actuaciones que se brindan cada noche. Sabe cómo mover a la máquina. "Es difícil rechazar una invitación mía –explica-. Yo logré que muchos lleguen a donde están ahora: hace años estoy metido en el medio y muchos han obtenido prensa gratuita gracias a mí. Son varios los que tienen un compromiso conmigo, de todas formas los famosos ganan algo a cambio: saben que si vienen a bailar el viernes, el lunes van a ser noticia de todos los medios. Sino, no se entiende que yo les proponga cosas a las chicas y ellas acepten sin ningún pudor y gratuitamente. Saben que ganan prensa."
-¿Cosas cómo qué?
-Muchas, pero no te puedo decir todo porque se pierde el secreto. Con Nazarena muchas veces ideámos cosas subidas de tono para ver cómo reacciona la prensa.
En Sunset, todas las noches hay una tanda de cinco o seis lentos, como en las viejas épocas. Justamente, bailando lentos, ocurrió que Wanda Nara conoció al futbolista del Barcelona, Maxi López, su actual pareja. Igual que ellos, Tamara Paganini conoció a su novio Santiago, un movilero de pelo enrulado que de tanto ir terminó fagocitado para la locura del lugar. La actriz y vedette Sabrina Rojas encontró ahí a Juan Pablo, un chico ajeno a la farándula que iba desde hace años con su grupo de amigos y cumplió con el sueño del pibe.
Pero si alguien le sacó al jugo a Sunset, esa fue Wanda Nara. Tenía 14 años cuando intentó por primera vez ingresar a la disco y los patovicas no le permitieron entrar por ser menor de edad. Astuta como pocas, entonces cambió de estrategia. Hace tres años se acercó a Maldonado y sucedió el siguiente diálogo:
-¿Vos sos Fernando?
-Sí, ¿vos quién sos?
-Quiero que me ayudes a ser famosa.
-¿Qué sabés hacer?
-Nada.
Luego de esa epifanía, el amo y señor de la noche le presentó a un director de teatro que la hizo incursionar en el ambiente. Ahora, con el salto a la fama más que logrado, Wanda comenta: "¡Me encanta ir a Sunset! Me queda muy cerca de mi casa y sé que cuando voy me encuentro con todo el mundo, es una muy buena forma de hacer sociales, salir en revistas y ver personas que de otra forma no vería con tanta frecuencia. Una de las cosas que más me gusta es que mi mamá se queda re tranquila cuando voy a bailar ahí porque sabe que me cuidan mucho, me ponen un chico de seguridad especialmente para mí."
La disco funciona desde hace 52 años y no todas fueron rosas en su historia. En la década del noventa, Sunset fue escenario de episodios policiales (ver recuadro). Pero ya nadie parece recordarlo. Hoy en día, la seguridad no es un tema menor. El lugar cuenta con seguridad privada, agentes especialmente contratados para cuidar el tránsito de autos que circulan por la zona. Posee además un sistema de sonido en los vidrios que filtra gran parte de la música para que no moleste a los vecinos. Reacaudan miles de pesos cada noche. La entrada general cuesta 25 pesos y el boliche tiene capacidad para 2000 personas. Pero ese precio es para la clientela anónima, que es abundante. Los famosos tiene otro régimen. A los que son invitados los pasa a buscar un remis por la casa y muchos, los que no son bendecidos por la gracia de Maldonado, llegan a pagar para entrar al salón vip.
Un empleado de la disco, que conoce los números, asegura que la mayoría de los famosos que va recibe o recibió dinero en un primer momento por el simple hecho de hacer presencia y bailar un poco. "Acá, nadie te va admitir que a muchas personas se les ofrece dinero por aparecer en algún momento de la noche. La idea es que parezca que todos vienen de onda porque la pasan bien y se divierten", explica. Los participantes de Gran Hermano 4 admitieron que los primeros meses después de haber salido de la casa recibían plata por ir a hacer face (cerca de 300 pesos la noche). "Al principio nos pagaban, ahora ya no", confirma Nadia, la mala del reality.
El último fin de semana, Wanda protagonizó un baile caliente con Carlitos Nair. "Lo que hicimos con Carlitos fue pura casualidad. Yo lo conocí esa misma noche, se acercó Fernando (Maldonado), nos presentó y nos propuso subir al escenario, fue algo del momento que nos daba prensa a los dos, ninguno cobró un peso por bailar, fue de onda.", se atajó Wanda. El espectáculo que brindó la dupla no sorprendió. Es que ver shows eróticos entre los invitados y juegos lésbicos entre las divas es bastante común los viernes a la noche. Fue en Sunset donde Nazarena Velez y Belén Francese realizaron un show erótico que incluyó beso de lengua y fue parada obligada de todos los fotógrafos. Es allí donde
Ximena Capristo, Mariana de Melo y Eva Anderson muestran todo a cambio de muy poco.
Un plantel estable de fotógrafos tiene asignado cubrir la noches de Sunset. Los editores de revistas de espectáculos saben que allí algo puede suceder de un momento a otro. Dicen que Nazarena es la chica de los flashes. "Se mata por aparecer, sabe con lujo de detalle los horarios de fotógrafos y camarógrafos", explica Jorge Amado, que va todos los viernes a captar lo que pase.
Mientras tanto, la cabeza de Maldonado no para. Está pensando que eventos va a realizar en la disco a partir de la salida al aire de Partinando por un sueño: "La clave del éxito es conectarse con la movida del momento, cuando todos hablaban del baile del caño nosotros pusimos caños en varias partes de la disco. Que no te sorprenda que las recepcionistas reciban a los clientes en patines con unos pelucones naranjas, que haya un show sobre ruedas en el escenario o que la vip esté llena de las diosas que participan en el programa. Ahora mismo voy a llamar a todas las chicas de patinando para invitarlas".
- ¿Y si alguna le pide dinero?
- No creo que me pida, pero dependería de cuánta plata pide y quién es la persona.
Hay caja disponible. Sunset supo captar la atención de todos. Es el lugar elegido por excelencia para mirar y ser mirado. Es, sin ninguna duda un sitio para mediáticos donde "vale todo". Luis Vadalá se convirtió en habitué permanente y el inclasificable Nino Dolce entró tan emocionado ese palacio de la diversión que una noche casi muere electrocutado. Pisó un foco que se encontraba en cortocircuito y rcibió una fuerte descarga eléctrica que casi lo noquea. Locura en estado pura. Un descontrol. En Sunset, visto está, todo puede suceder.

*Por Deborah Maniowicz

jueves, 1 de noviembre de 2007

Entrevista al artista León Ferrari

León Ferrari: León de Oro (y no lo dice solo Garabatto)

-Fragmento de una entrevista realizada al artista en octubre de 2006-

León Ferrari no necesita dar respuestas a todo ni etiquetar cada pensamiento. Su discurso fresco y su actitud serena y desafiante disimulan sus (ahora 87) 86 años, y aunque ya no toma el pincel como una bayoneta, como dijo alguna vez, dispara y no se salva nadie. En esta entrevista el artista hace un recorrido por su carrera artística y su vida: su relación con el arte a lo largo de los años y su visión de la cultura occidental. Pero nunca abandona el presente, y deja claro que le sobran cartuchos para seguir dando batalla.
-Los géneros y materiales fueron cambiando a lo largo de su trayectoria ¿El mensaje de su arte es siempre el mismo?
-Definirlo es enjaularlo. En una época, yo creía que sólo podía ser político, pero ya no: pienso que es algo muy amplio y medio confuso. Y que puede usarse, y se usó, con muchos objetivos diferentes: por ejemplo, los grandes pintores que admiramos hicieron cosas horribles con él, para decirnos que si no nos portamos bien nos vamos a ese lugar inventado que es el infierno. El arte es como un grano de arena, solo que en vez de decir lo que pensás en una charla de café, lo decís con un cuadro, que de repente despierta todos los escándalos, como pasó en el 2004.
A pesar de lo que dice, a León le cuesta no volcarse a lo político: cree que la vanguardia artística está en la acción de muchos movimientos jóvenes, que no sólo colaboran directamente, con los piqueteros, por ejemplo, sino que hacen un planteo distinto, como los escraches. “Ellos ayudan a la gente, yo hago denuncias”.
-Su Retrospectiva de 2004 implicó fuertes acusaciones a la Iglesia. ¿Había planeado una difusión tan amplia?
-No creo que pueda repetir un éxito tan grande. Fue como si la Iglesia hubiese acordado conmigo en hacer una muestra juntos. Hice una campaña contra su intolerancia, y tuve la suerte de que reaccionaran dándome la razón. El desprecio al que piensa diferente y la amenaza del infierno son la columna vertebral de occidente y eso es resultado de lo que dicen los libros sagrados. Se fue desparramando a lo largo de la historia. Por eso a veces digo que hay un vínculo entre la Iglesia y Auscwhitz: el antijudaísmo de Jesús, reivindicado por la religión cristiana, generó el antisemitismo de Hitler y el Holocausto. Y también originó la matanza de los aborígenes –no tenían alma, decían-, la esclavitud en Asia y África, las brujas de la Inquisición, al presidente Bush, y el Proceso, acá en Argentina. El infierno es el logotipo de occidente.
De los estantes cuelgan tres trampas para ratones, con fotos del dictador Videla, del actual Papa Joseph Ratzinger y del presidente estadounidense George W Bush.
-Vivió en Brasil desde que empezó el Proceso hasta 1992. ¿La distancia influyó en su obra?
-El exilio significó un cambio más en mi planteo acerca del arte: primero fue algo que me gustaba hacer, después un arma política, y en esa época, la forma de ganarme la vida. Fue muy fuerte por todo lo que estaba pasando en el país.
En el país “pasaba” la dictadura, que, en lo personal, heriría a León en lo más profundo: no sólo tuvo que irse, sino que también desapareció su hijo Ariel.
-A 30 años del Golpe Militar, ¿Qué hechos reflejan la intolerancia en la Argentina de hoy?
-La sociedad está dividida entre los que comen y los que no comen: con el gobierno de Kirchner se avanzó en los derechos humanos de los que comen. Y la gente no toma conciencia de la tortura que significa la miseria. La gente no entiende que los que no comen se comerían a los que comen si no hubiera una barrera policial, que cuando se levanta, a alguno le rompen la cabeza. Yo tengo una visión muy pesimista del mundo, la justicia es un desastre, la religión, como dijo Marx, no permite que la humanidad avance…estamos jodidos.
-Sin embargo, usted sigue para adelante. ¿Ya tiene otros proyectos?
-Estoy trabajando bastante, pienso en hacer otra obra, que no sea una escultura sino muchas cosas separadas, unidas de alguna forma. Me parece interesante ver el trabajo de ir de un planeta a otro con escaleras o puentes. Igualmente siempre digo que no hay que hablar, que es mejor no explicar nada para que el público pueda arriesgarse a pensar un mensaje mucho más lindo que el que otro le pueda decir. No hay que limitar la imaginación del que mira.

*Por Nira Dinerstein y Shirly Said

martes, 23 de octubre de 2007

NADIE TV

En cuestión de rating la ecuación nunca falla. Los programas que más miden tienen garantizados las mejores publicidades, son tapas en las principales revistas y aparecen como los poderosos y protegidos del canal. En la batalla nadie se queda afuera: los productores controlan minuto a minuto cuánta gente ve o deja de ver el programa, toman nota y sacan todo tipo de conclusiones. Ese numerito, que para muchos es una pesadilla, decidió el año pasado los cambios de horario que llevaron a Monetcristo a la medianoche y obligaron, al hasta hace poco inmune Mario Pergolini, a pasar Caiga Quien Caiga al día jueves. Poco rating es sinónimo de inseguridad y no sumar puntos significa correr el riesgo de desaparecer. Tinelli lo sabe, por algo es líder: el rating está en la tanga, en las lolas, en el caño y en el morbo. Pero, ¿qué pasa con los programas alternativos?, ¿cómo se sostiene un programa que nadie ve?
Medir 5 puntos en Telefe, incluso después de la media noche, no garantiza continuidad. Garabatto habló con Fabián Gianola, el conductor de Bien Tarde (5,5 puntos)
-¿Cómo lleva el hecho de ser el menos visto en un canal como Telefe?
-Eso no te lo voy a contestar. El programa termina en dos semanas.
-¿Por qué razón?
-Me dijeron que no había presupuesto para seguir haciéndolo.
No es la primera vez que el canal de las pelotas levanta un programa por no cumplir con las expectativas. Después de un cambio de horario sin buenos resultados, Villarruel decidió levantar en julio El Capo y el año pasado Hechizada, la sitcom protagonizada por Florencia Peña y Georgina Barbarosa corrió la misma suerte. Estar en el 13 también es inseguro: A todo culorr, conducido por Alfredo Casero terminó con 6,3 puntos y ¿Querés jugar? con Nico Repetto terminó en 6,6.
"Cada vez hay mas programas que se ven menos por dos razones: por un lado Internet se convirtió en el medio con más oferta audiovisual, Youtube es un gran agujero para la tele. A causa de la computadora cada vez hay menos televidentes. Por otro lado hay una monopolización: todos miran lo mismo. Estos programas con bajo rating están fuera del circuito, se mantienen por brindar servicio social, o por ser tele voto. En otros casos esos programas son lo único que tiene el canal para cubrir la grilla, eso es lamentable", explica el periodista especialista en espectáculos Pablo Sirven.
Es interesante como reaccionaron los conductores y productores de los programas con bajo rating cuando Garabatto los llamó para hablar. A muchos les enojó que salga la nota, es que a nadie le gusta que se muevan las aguas y quede al descubierto que por ejemplo sólo 30 mil personas miran el programa que Boy Olmi y Sandra Russo hacen a diario en canal 7. "Se enfurecen porque les tiras el ego, el narcisismo, los pones en un lugar de inseguridad. Es como obtener una mala calificación o tener un mal prontuario", sostiene Sirven.
No se trata de novatos, los programas que menos se ven están conducidos por figuras reconocidas como Chiche Gelblum, Fabian Gianola, Maby Wells e Iliana Calabró. Pese a eso, estar en el prime time televisivo es algo que pocos programas pueden lograr. Los que emiten su ciclo por Canal 7 se sienten en desventaja ya que explican que el canal apunta a un público nacional y no solamente a Capital y parte del Gran Buenos Aires donde se mide el rating. La conductora del noticiero Visión 7 (0,6 puntos), Cecilia Lararo es clara: "El tema del rating no me interesa en absoluto, pero que no se mida en el interior es terrible, es negar la existencia de 23 provincias, de toda la gente que vive ahí". Pero hay algo raro, mientras que la batalla por el rating está instalada y en pleno auge, todos los conductores que hacen programas que nadie, o casi nadie ve explican que el numerito es algo que no les interesa. Cuando le consultamos a Maby Wells, que conduce La mañana del 9 (2,9 puntos) junto a Claudio Albarenque, dijo que no le preocupa el rating "No se cuanto mido, nunca me interesó. Creo que eso es algo que le tiene que importar a los productores y no a mi". Es raro que a nadie le importe si hay alguien del otro lado del televisor viendo el programa que uno está haciendo. Demostrar que a uno el rating no le interesa parece ser una muestra de poder... Mario Pergolini siempre se mostró despreocupado por ese numerito, pero hace unas semanas cuando uno de los productores dejó abierto un micrófono por error se escuchó a Mario diciendo "Encima estoy perdiendo con este programa de m... (refiriéndose al de Tinelli)", así quedó a la luz que en realidad ser visto le interesa y mucho.
El rating invade todo, sin puntos no hay publicidad y sin publicidad no hay programa que se sustente. Es por eso que la programación y el minuto a minuto ocupan un lugar centrar en la cabeza de los directores de contenido de los distintos canales. El único que se maneja con otros códigos es canal 7, donde los programas se mantienen midiendo tan solo 0,4 o como mucho 2 puntos. "Estando en este canal uno se anima a experimentar, es más libre porque no hay presión. La batalla del rating es sangrienta, es un juego muy perverso y el 7 te permite no involucrarte en todo eso. Eso es lo que más me gusta de estar acá", explica Boy Olmi, el conductor de Dejámelo pensar (0,4 puntos). Para Sirven, "Canal 7 hay que tomarlo como un caso aparte porque la gente no lo toma en cuenta en el control remoto, mirar el 7 no es una posibilidad, pero hacer un programa alternativo ahí te permite sobrevivir a toda la lucha. En cambio tener un programa que mide 6 o 7 puntos en Telefé o Canal 13 es terrible, porque corre el riesgo de desaparecer, a la primera de cambio lo borran". Es así de simple: el rating es el arbitro de la televisión y muchas veces te deja afuera. El programa que corre peligro en el canal de Suar es Para siempre ni solos ni solas conducido por Iliana Calabró y aunque suma 7,5 puntos es poco para el canal. Eso que iguala al más visto de Canal 9.
Ser el menos visto y asumir que es porque el programa no es bueno, o al menos porque no le gusta a la mayoría no es fácil. Todos miran para otro lado. Pablo Muney, conductor del programa Mi nuevo yo (0,6 puntos) cree que tiene pocos televidentes porque viene después del noticiero, "que en sus picos mide 1,3 puntos". Pero Muney no es el único, Boy Olmi cree que el horario (de 16 a 17???) y el canal en el que se emite su programa inciden en que la gente no lo vea. Sin embargo esas no son buenas excusas ya que Tinelli supo ser líder hasta en canal 9.

*Por Deborah Maniowicz

Entrevista a Ernestina Pais

"EL HUMOR FUE MI SALVATAJE"
En los primeros cinco minutos Ernestina Pais ya contó que tiene muchos proyectos en mente, que quiere seguir estando en televisión el año que viene y que sufrió mucho la ausencia de Jorge Guinzburg en Mañanas Informales. Y todavía ni siquiera empezó la entrevista.
Es así, Ernestina nunca para. Se levanta todos los días a las cinco y media para leer los diarios, pasa toda la mañana en los estudios de Canal 13 y almuerza en Millión, el restaurante que maneja desde hace 8 años en Palermo Viejo. También conduce todos los sábados el programa Salgan al sol en la Rock & Pop y como si fuera poco estudia inglés, lee mucho y realiza cientos de programas solidarios. Que es divertida e ingeniosa salta a la vista, pero durante la charla que mantuvo con Garabatto dejó por un momento de ser la mujer segura que suele mostrar públicamente y habló del vínculo con su marido, de sus ganas de tener un segundo hijo y de lo cansada que se siente llegando a fin de año. Todo sin dejar de lado la ironía que la caracteriza.
- ¿Con tantas responsabilidades, sigue disfrutando de Mañanas informales?
- Hacer ese programa es el sueño del pibe. Si alguna vez vos estudiaste periodismo, cine y televisión como es mi caso estar donde estoy es genial porque el ciclo reúne todo. Lo que me pasa es que estoy muy cansada porque la ausencia de Jorge la padecí mucho. Fue una responsabilidad enorme y un desgaste físico tremendo. Nadie estaba preparado para eso, para estar en la situación que nos tocó. Humanamente a todo el equipo nos significó mucho transitar todo el año con semejante ausencia pero por suerte pudimos superarlo.
- Y sin que baje el rating...
- Bueno, si encima nos pasaba eso me tenían que internar. Jorge es una persona tan fuerte que aún no estando el programa sigue siendo de él y eso ayuda a que se mantenga el rating. Todo lo maneja y es idea de él; lo que yo aplico es lo que él me enseñó. Si yo salgo del canal y siento que no hice bien una nota lo llamo y le pregunto enseguida: "¿La viste?, ¿qué te pareció?". Él es critico y eso es un gesto de amor. Él siempre confió en mi, la que no confiaba era yo.
- ¿Por qué no?
- Eran tres horas y media en vivo que manejaba el mejor conductor de la televisión. Estar al frente del programa yo sola parecía muy difícil. Siempre sentí que no estaba a la altura.
- ¿Por qué Jorge no iba al programa?, ¿qué es lo que tenía?
- Desde que es muy chico tiene asma y este año tuvo que enfrentarlo con un invierno muy frío. Todo eso sumado a que es un tipo que no para, su cabeza no puede parar. Pero ya está bien... En realidad es todo de vago, es un chanta y no viene porque no quiere (risas). Hablado en serio, por suerte ya está bien.
- ¿El año que viene estaría usted sola a cargo de la conducción?
- Siempre existió la idea de que el año que viene sea así, de que Jorge se encargue sólo de producir y hacer notas viajando. Igual habría otra persona conduciendo. Yo sola es imposible, es muy desgastante.
- ¿Haría una co-conducción con otra mujer?
- Si obvio. Creo que el lugar que ocupo yo no lo ocuparía otro. Lo que yo doy no lo da nadie. Jorge es una persona que se rodea de gente inteligente. Los conductores del nivel de él en general quieren estar cerca de gente que puedan hacer callar. Hay que ser muy groso para bancarse los equipos que arma Jorge. En todo sentido porque hasta Mala Onda tiene discurso propio. Entonces no te preocupás de que no ocupen tu lugar te ocupas de hacer tu trabajo que es mucho más divertido y más sano.
- Conduce Mañanas Informales y Salgan al sol, se ocupa de Million y tiene la revista Inrockuptibles... ¿Está realmente en todos lados o hay una especie de marca "Ernestina País" que manejan otros?
- No estoy en tantos lados... Creo que lo llamativo es el aire en vivo tres horas y media. A Million voy casi todos los días a almorzar pero porque queda cerca del canal. Y después voy a buscar a mi hijo al jardín. De la revista ya no me encargo, de las fotos se ocupa Alejandro, mi marido. Nadie puede estar en todos lados, yo tampoco. Lo que pasa es que durmiendo cinco o seis horas por día funciono.
- Me imagino que tanto trabajo es sinónimo de mucho dinero... ¿Cuáles son sus fetiches?
- Eh!!! No, Inrockuptible si lo vez como sinónimo de mucha plata ya te pincho el globo. A mi la guita me tiene que servir para hacer nuevos proyectos, me tiene que servir para invertir. Las cosas que hago me permiten vivir tranquila y poder proyectarme. No elegí bien... debería haber hecho más comerciales o Bailando por un sueño... Desde ahora voy a dedicarme a eso (risas). La verdad es que no gano mucho, de hecho la mayoría de mis apariciones son a beneficio… Me parece una situación fundamental que si vos tenés acceso a espacio en los medios, le dediques parte de ese lugar a cosas que pensás que merecen ser publicadas. Eso lo veo como una obligación total porque en realidad el aire que vos estás usando es público. Así que para mi, si tenés un pedacito de ese aire tenés que devolverlo de alguna manera…
Y así como fetiches lo que me vuelven loca son los zapatos y viajar. Esa es la mejor vía de educación y formación.
- ¿Y con tantas cosas le queda tiempo para dedicarse a su familia?
- Si. Va, a mi marido no tanto. Siempre lo que pierde primero es la pareja. El me conoció en un momento en el que no era así en el que no tenía tantas cosas y me va a conocer después cuando de nuevo esté más tranquila. Aparte yo estoy donde quiero estar y donde no quiero estar no estoy.
- ¿Y Alejandro se banca eso o le reprocha que no esté nunca?
- En general no es de reprocharme nada. Ahora si porque dice que yo le había prometido que Mañanas informales iba a ser sólo por tres años y ahora me arrepentí y quiero seguir. Me gusta mucho.
- ¿Ya es seguro que sigue el año que viene?
- Seguro no es, pero todos tenemos muchas ganas.
- ¿Con tantas cosas, se enferma seguido?
- Me enfermo cuando descanso. Cuando estoy en el envión tengo salud porque proceso bien las situaciones... Tienen mucho que ver las enfermedades de la cabeza, la forma que tiene cada uno de ser y de procesar la información. Por ejemplo, cuando me voy de vacaciones los primeros cinco días estoy con fiebre, tirada en una cama y durmiendo 17 horas por día. Es clásico, mejor dejarme sola los primeros cinco días. Por eso con Alejandro siempre decidimos irnos un mes.
- Así que se va a tomar vacaciones...
- Sí. De eso que no te quepa la menor duda. No me gustaría seguir un programa de esa manera. Yo necesito descansar, leerme unos cuantos libros, verme unas cuantas películas renovar el aire y volver.
- Y aparte quiere tener otro hijo...
Si, pero no me apuro. Hasta los 40 me doy tiempo.
- Pero tendría que dejar algunas cosas...
- Si, sobre todo con un segundo hijo. Para mi Benicio no fue un problema, se sumo a mi vida. Tiene mi humor, es muy gracioso. A los 2 años agarraba el teléfono y decía: "esta es mamá jajajajajaja", es muy expresivo. Con dos hijos tendría que dedicar más tiempo.
- ¿Y usted, de quien saca el humor?
- De mi familia, toda. Mi mamá tiene mucho humor. Cuando pasa como le pasó a ella que teniendo dos hijas le desaparecieron a su marido de un día para el otro es muy difícil salir adelante -El padre de Ernestina es uno de los 30 mil desaparecidos de la última dictadura militar Argentina- Ella recurrió en muchos momentos al humor y para mi ese también fue un salvataje.
Recuerdo mucho de mi infancia mi libertad para jugar. De chica iba chica a danza, a expresión corporal y me acuerdo de mi casa como un lugar de pura fantasía. Con Federica nos divertíamos mucho jugando juntas, realmente era muy libre todo.
- ¿Y días de mal humor tiene?
- Días no, partes. En un segundo puedo tener todos los climas. Pero como soy una persona que suele ser bastante expresiva y divertida cuando me agarra el mal humor el contraste es muy fuerte. Una mina que viene de cagarse de risa y hacer 18 chistes seguidos y de golpe se pone de mal humor impresiona. Porque puede ser realmente de un instante para el otro. Eso es una cosa que vi varias veces en mi y no me gusta nada.
- Cambiando de tema, ¿por qué piensa que como comunicadora, transmitiendo las noticias más serias, llega tan bien al público?, ¿de dónde viene esa faceta?
-Con la actualidad es donde más cómoda me siento. La tengo internalizada... Yo vengo de una familia a la que le preocupa mucho que es lo que estaba sucediendo en el país y en el mundo. Leo los diarios desde que soy muy chiquita porque lo que pasaba alrededor era un tema de conversación en la mesa familiar. Tenia un padre muy preocupado por lo que pasaba y que además era militante, una madre que lo acompañó, y los libros que yo tenía a mano hablaban de eso. Siempre fui más vieja de lo que marcaba mi edad. Yo leía libros que no eran para mi, pero era lo que tenía a mano. Me acuerdo que mi mamá tenía siempre una radio prendida en la cocina y otra en la habitación puesta en otra sintonía y otra en la terraza puesta en otra dial. A pesar de todo yo siento que mi papá me educó con sus libros y su música. Por todo eso que viví a veces tengo que manejar las cosas que me emocionan en algunas circunstancias y mis enojos en otras. A veces me cuesta cuando estoy haciendo una nota ser objetiva y no involucrarme demasiado con algunos temas. Se que lo ideal es no involucrarse pero a veces me pasa.
- ¿Hoy haría algo que no tiene que ver con actualidad?
- No lo se. Me imagino sólo si es en algo de cine, pero creo que la actualidad estaría siempre presente de una u otra forma porque es lo que más me divierte y me emociona. Igual mientras sea algo que me guste puedo llegar hacer cualquier cosa y te sorprendería.

*Por Deborah Maniowicz

martes, 9 de octubre de 2007

El lenguaje del represor

Ayer fue el turno de las querellas en el juicio al ex capellán de la policía bonaerense Cristian Von Wernich, acusado de 7 homicidios, 32 casos de torturas y 42 privaciones ilegítimas de la libertad, durante la última dictadura militar. Si bien tanto la fiscalía como las querellas pidieron la condena a reclusión perpetua por los cargos que se le adjudicaron al sacerdote, hubo polémica entre las querellas, el juez del tribunal y los fiscales.
Pasadas las 19 se quebró la relativa calma en la que se venía realizando la última etapa del juicio: el fiscal Dulau Dumm se adjudicó el beneficio de la duda para no acusar a Von Wernich por el crimen de María del Carmen Morettini, porque durante el proceso una testigo dijo que le "pareció" haber visto viva a una de las víctimas.
La polémica radicó, como bien lo explicó la querellante Guadalupe Godoy, en el uso por parte de los fiscales del lenguaje del represor. “Decir que los desaparecidos no están ni muertos ni vivos es reafirmar lo que dijo Videla”, criticó. Minutos antes, y en medio del murmullo general ocasionado por la postura de la fiscalía, Enrique Furman, un ex desaparecido, había sido desalojado de la sala por su grito: “Hace 30 años que están desaparecidos, cuánto más tenemos que esperar los sobrevivientes”. Denunció un “planteo perverso”, respecto de las víctimas de la dictadura, porque implica el “infierno de la duda”.
El lenguaje del represor no solo sigue presente en la vida cotidiana, -con la teoría de los dos demonios, el concepto peyorativo de la guerrilla o la famosa y fatídica frase “algo habrán hecho”-, sino en el mismo Estado. La gravedad simbólica es peligrosa, puede tergiversar la realidad histórica.



* Por Nira Dinerstein